sábado, 1 de mayo de 2010

Trilogía de la muerte de Gust Van Sant

Gus Van Sant es un director absolutamente inclasificable. Comenzó su carrera a mediados de los ochenta como adalid de la modernidad indie americana con películas como "Mala noche", "Drugstore Cowboy" o "Mi Idaho privado" para luego caer en la vulgaridad de naderías como "Even Cowgirls get the blues" a mediados de los noventa. En general toda esa primera época de su carrera en mi opinión es bastante prescindible ya que sus películas van desde la vaciedad modernista a la explotación exhibicionista de lo "raro", de lo underground. De repente, en 1.997, se cruzaron en su camino Matt Damon y Ben Affleck que le "regalaron" el guión de "El Indomable Will Hunting". El éxito razonable de crítica como el incontestable del público hacía presagiar que, por fin, Van Sant iba a conseguir instalarse en el sistema industrial de Hollywood como artesano de historias de "calidad" con su toque comercial (territorio donde vive hace tiempo ya Lasse Hallstrom, por ejemplo).
Sin embargo, precisamente en ese punto y ante el éxito de Will Hunting en los Oscar es cuando decide romper con todo y sorprende con su propuesta de reescritura y reconstrucción, plano por plano, de ese germen del cine contemporaneo que es el Psicosis de Alfred Hitchcock. Precisamente fue ese gesto de provocadora modernidad (¿Hay cine después del cine?) el punto de inflexión y no su anterior trabajo. A partir de ese momento, inició un camino en el que decidió romper con todo su trabajo anterior (y todo el cine anterior en términos generales) para poder descubrir un nuevo camino para su películas y para el cine.



Fue allí donde se inicia un ciclo de tres películas que el mismo bautizó como "Trilogía de la muerte" y que componen Gerry, Elephant y Last days. Y probablemente también fue aquello el inicio de algo que a posteriorí se ha dado en llamar el post cine (cuyo otro gran apóstol no puede ser otro que David Lynch).
Obviamente, estas tres películas tratan de diferentes aspectos de la muerte, como su sobrenombre indica. Si bien que, desde perspectivas y temáticas diferentes. Parece difícil encontrar relación entre la historia de dos chicos perdidos en el desierto (Gerry), la recreación de la matanza de Columbine (Elephant) y el relato de los últimos días de vida de Kurt Cobain (Last Days). Sin embargo, desde el punto de vista estilístico parece bastante fácil rastrear una propuesta común.
La principal pregunta que Gus Van Sant se esta haciendo en los últimos diez años es, ¿Qué puede contar el cine cuando todo esta contado? Su búsqueda trata de indagar en sobre que hay en una historia cuando todo esta dicho, que mueve a un personaje cuando todo esta hecho y sobre todo, reflexionar sobre si realmente se puede hacer cine más allá del relato literario. Es obvio que estas son reflexiones que ya antes habían llegado en otros ámbitos artísticos (me viene a la cabeza Beckett), pero hay que reconocer al director su carácter de pionero en el cine (para otro momento dejaremos la reflexión de porqué el cine ha necesitado tanto tiempo más para llegar a este punto).



Obviamente, como fruto de este punto de partida, Van Sant nos ofrece tres filmes con un alto nivel de abstracción (de menos a más a lo largo de las tres películas) en el que los personajes se difuminan con el escenario. Sus protagonistas hablan poco, son lacónicos y carecen de justificaciones o de razones para sus acciones. Son seres que se han reducido a ser meros cuerpos en desplazamiento, como zombies abrumados por la vida que les rodea. Esa es el primer punto en común de sus filmes, el del eterno movimiento. Sus personajes son vagabundos que vagan sin rumbo fijo y sin razón aparente, recorriendo como fantasmas el desierto o los pasillos de un instituto o los bosques del norte de los Estados Unidos.
Otro nexo es la obsesión por el punto de vista. En ese vagar de cuerpos, el carácter minimalista domina y son pocas las acciones que observamos, si bien que contadas en muchas ocasiones desde varias persperctivas, lo cual añade un elemento poliédrico a la casi invisible trama.


En todo caso, nos encontramos ante tres películas en la que la palabra clave es "búsqueda". No hay respuestas en esta trilogía, y sin embargo hay muchas preguntas. Las que se hacen sus personajes, casi siempre ensimismados ante la cámara y sin atisbo de emociones y las que se hace el propio director en una evolución que se hace más patente si se observan las películas cronológicamente. Llega un momento en el que parece que Van Sant ha encontrado que las respuestas a sus preguntas se responden con dos únicas palabras, la nada. Ese vagar de cuerpos transmite un tono pesimista y melancólico en muchos momentos. Sin embargo, en cada una de ellas se esconde un atisbo de esperanza... un brillo a veces apagado que nos hace pensar que aún el cine tiene salida, que aún puede contar cosas distintas de maneras distintas. Estas tres películas son la prueba, ya que, las recorre un resplandor interior que las llena de sentido y de significado.
Parafraseando la celebre frase... El cine esta muerto, larga vida al cine.

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Gerry (2.002)
Dirección: Gus Van Sant
Guión: Matt Damon, Casey Affleck y Gus Van Sant
Fotografía: Harris Savides
Música: Arvo Pärt
Interpretes: Matt Damon, Casey Affleck

Elephant (2.003)
Guión y Dirección: Gus Van Sant
Fotografía: Harris Savides
Montaje: Gus Van Sant
Interpretes: Alex Frost, Eric Deulen, John Robinson, Elias McConnell

Last Days (2.005)
Guión y Dirección: Gus Van Sant
Fotografía: Harris Savides
Montaje: Gus Van Sant
Música: Rodrigo Lopestri
Interpretes: Michael Pitt, Lukas Haas, Asia Argento, Scott Patrick Green

1 comentario:

Tatus dijo...

No he visto nada de este hombre, pero tengo ganitas... :)